Exaltación de la Semana santa
Presentación de Angelines Calmache:
Esta Semana Santa va a ser especial –todas lo son- pero ésta especial, muy especial. Durante dos años las túnicas han quedado colgadas en sus armarios y los tambores guardados en sus fundas, conservados en sus baúles. Algunos, con infinita tristeza, callaran ya para siempre, aunque su redoble resuene en nuestros corazones y nos desgarre el alma. Y como entenderéis también muy especial para mí, pues busco entre vosotros la mirada orgullosa de un padre, y no la encuentro. Pero la vida es así, y tras los golpes duros que podemos sufrir desde nuestra intimidad o como sociedad, también tenemos presente la fe y le esperanza, sentimientos que podemos vivir de forma personal, incluso religiosa, pero también colectiva: fe y esperanza en nuestra gente, en nuestros vecinos, en nuestros pueblos, en nuestra tierra.
La Semana Santa, en el Bajo Aragón, supone un punto de reflexión. Mientras tensamos nuestros bombos y tambores o planchamos nuestras túnicas nos vienen al corazón muchos sentimientos: la nostalgia, la amistad, el deseo de reencontrarnos,
Nuestras imágenes: La Burrica, La Virgen de los Dolores , El Nazareno , San Juan , Cristo Crucificado Cristo Yacente , La Oración en el Huerto la Virgen bajo palio y El Cristo Resucitado, volverán a recorrer las calles de Urrea de Gaén, entre el respeto y la devoción, acompañadas por los redobles de los tambores y los bombos , los alabarderos custodiaran al Señor en la Santa Misa de Jueves Santo, los Franciscanos y Franciscanas se afanaran por dejar todo listo y preparado y los Rosarieros con sus cantos profundos y sentidos nos harán recordar que Cristo ha muerto. Los amigos volverán a recordar esas otras Semanas Santas, se abrazaran y juntos revivirán una vez más, la emoción que para ellos significan estos intensos días. Muchos se verán reflejados en sus hijos y en sus nietos, y con orgullo manifestaran el recuerdo a sus raíces.
Comienza nuestra Semana Santa: se acercan días muy especiales y este año abriremos, si no lo hemos hecho ya, nuestros armarios y viejos arcones, y sacaremos túnicas, cinturones, terceroles y tambores, sobretodo tambores. Los dejaremos con cuidado, con mimo, con una actitud casi reverencial, convencidos de que estamos iniciando algo importante.
Mientras realizamos estas labores y nos preparamos para el rito, pasan por nuestras mentes, inconscientemente, recuerdos y emociones pasadas, pero que vivimos, en décimas de segundo, como si ocurrieran ese mismo momento: la primera túnica, que pronto se quedó pequeña; el tambor del abuelo, el primero que heredamos… y se agolparán infinitas sensaciones: la seriedad del Entierro, el bullicio de la rompida, la complicidad de las cuadrillas en sus interminables toques, el sabor de los mantecados del viejo horno y las reuniones de familia … y se nos escapará un suspiro largo y profundo. Y es que estamos en nuestra semana, en nuestra Semana Santa, una extraña mezcla de lo religioso y lo profano, de la devoción y la emoción, sin saber dónde empieza lo uno y termina lo otro.
Porque al fin y a cabo nuestra Semana Santa es emoción, reflejada en un estruendoso redoble, como reconoció un icono universal de nuestro Bajo Aragón: Buñuel, que escribió: Ignoro qué es lo que provoca esta emoción. Sin duda se debe a las pulsaciones de un ritmo secreto. Los tambores, fenómeno asombroso, arrollador, cósmico, que roza el inconsciente colectivo, hacen temblar el suelo bajo nuestros pies.
Y así, impacientes y emocionados, esperamos que llegue la gran hora, entre la noche del Jueves y la madrugada del Viernes, en la que nos acercamos a la Plaza y estamos atentos, con nuestras miradas fijas y ensimismadas en las agujas del reloj, como si esperásemos ver estrellas fugaces.
Y romperemos la hora. Y llegados a este momento me pregunto ¿por qué rompemos la hora? ¿para qué? ¿por puro espectáculo? ¿por cumplir banalmente una tradición? No lo sé. Y es que hay tantas respuestas como tambores y bombos en la plaza, pero puedo sugeriros algunas: Rompemos la hora por la Pasión de nuestros Cristos y el dolor de nuestras Vírgenes reflejado en esas imágenes que nos han conmovido desde nuestra infancia.
Rompemos la hora porque es nuestra forma de rezar: una plegaria atronadora que clama contra la injusticia y pide la paz para un mundo mejor. Rompemos la hora por los que ya no tocan el tambor con nosotros por las calles pero tocan en nuestros corazones y así redoblamos con y por ellos. Rompemos la hora por nuestros pequeños, por los que desfilan por primera vez en su coche de bebé ante la mirada embobada de sus abuelos.
Rompemos la hora porque estamos juntos, con nuestros amigos, y aunque nos vemos poco compartimos el mismo ritmo.
Y tras la intensidad regresará la quietud. Los tambores volverán a sus baúles, las túnicas a sus armarios y el trabajo cotidiano retomará nuestras calles y nuestros campos. Se habrá cumplido el rito otro año más. Y mantendremos nuestra esperanza en revivir en un ciclo infinito nuestras señas de identidad.
Carmen Angela Calmache Pamplona
Concejal de Cultura
Pregón del Vicario:
Pregón Semana Santa – Urrea de Gaén
9 Abril 2022
Estimadas autoridades, Hermanos Mayores y Cofrades, querido pueblo de Urrea de Gaén.
Visito por primera vez vuestro pueblo como Vicario Episcopal en el pórtico de la Semana Santa. Semana grande para nuestro pueblo y para toda la Iglesia. Semana grande para los pueblos del Bajo Aragón. Agradezco de corazón al Sr. Alcalde por su invitación a este acto.
Todos sabéis que un pregonero es alguien que anuncia un mensaje que
le han transmitido, un mensaje que no es suyo. Un pregonero de Semana Santa anuncia algo que le supera y le transciende porque toca el misterio de
la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios. El verdadero pregonero de Semana Santa es el que anuncia con convicción profunda aquello que sale de sus labios. Si un pregonero no anuncia aquello que “ha tocado con sus manos, aquello que ha visto con sus ojos”, entonces no será más que un charlatán.
Solo pretendo ayudaros a comenzar esta Semana Santa con un corazón nuevo, centrado en lo que celebra y dando importancia a todo aquello que configura la Semana Santa de Urrea de Gaén. Semana Santa familiar en la que todo el pueblo se implica y en la que todos hacen grande a este pueblo.
Vivir la Semana Santa es acercarnos a la tradición y a la fe de nuestros antepasados que generación tras generación han contribuido con sus vidas a hacerla grande.
Vivir la Semana Santa es expresar a través de los tambores y bombos que algo está pasando, que alguien está entregando la vida por nosotros.
Vivir la Semana Santa es descubrir que Cristo me ama y que muriendo y resucitando me regala una vida nueva.
Mirad, Cristo no es un personaje más o menos ilustre, como podría ser cualquier filósofo del pasado, de la antigüedad. Es el Hijo de Dios. Y la Semana Santa no es sólo una pura manifestación cultural, sino que es una manifestación pública de fe de un pueblo cristiano que reconoce que Jesús es Camino, Verdad y Vidapara los hombres y mujeres de todos los tiempos.
Os invito a que intentéis vivirla así, haciendo de cada celebración, de cada procesión, de cada toque una expresión de amor.
Si vosotros, queridos cofrades, si vosotros no os dejáis tocar por dentro, seducir enteramente por aquello que celebramos sois sólo un metal que resuena, un timbal que desentona.
Os felicito por el cuidado especial que ponéis en ayudar a todos los que asisten a las procesiones de Semana Santa a que lleguen a saborear internamente el misterio que representamos. Cuidáis mucho los toques de tambor; ensayáis, preparáis las peanas, los estandartes, las túnicas…Sí, os felicito porque a través de todo ello nos ayudáis a entrar en el misterio de la Semana Santa.
La pandemia de la que estamos saliendo que tanto dolor ha causado a la humanidad, nos hizo tomar conciencia de la importancia de poner expresar nuestros sentimientos. Echábamos en falta el contacto con nuestra gente más querida, los besos y abrazos dejaron paso a gestos fríos y lejanos. Sí, necesitamos expresar nuestros sentimientos, y también nuestros sentimientos religiosos.
Por esto, en esta bendita tierra del Bajo Aragón nuestros mayores nos han enseñado a tocar el tambor y el bombo expresión de una búsqueda, de un encuentro, de un anhelo… vivir la Semana Santa.
Tocando los tambores, recordadle
Tocando los tambores, aclamadle
Tocando los tambores, enterradle
Tocando los tambores, esperadle
Tocando los tambores, anunciadle
Si, los toques de tambor nos invitan a guardar silencio y a entrar en nosotros mismos para escuchar lo que nos dice el Señor. Él siempre tiene una Palabra para nosotros y es preciso escucharla en el silencio del corazón. Y eso vale para quienes llevan el paso, quienes van en silencio en la procesión o quienes la contemplan en silencio desde la acera.
Acompañad vuestros toques y procesiones también con la participación en las celebraciones litúrgicas. En ellas expresamos la fe de la Iglesia y lo hacemos en nuestra Parroquia, casa común para todos los hijos e hijas de Urrea de Gaén.
Dios bendiga a Urrea de Gaén y sus tambores
Dios bendiga a Urrea de Gaén y sus silencios
Dios bendiga a Urrea de Gaén y sus amores
Dios bendiga las noches y los días de todos los hijos e hijas de Urrea
Llene Dios con su bendición este paisaje del Bajo Aragón, cada casa y cada tambor, cada anciano y cada corazón.
Urrea de Gaén, mantened viva la Semana Santa como nuestros mayores nos la enseñaron. Tocad y procesionad sabiendo que sois testigos de algo grande, que nos supera, que no entendemos, que nos asombra… que Dios está haciendo camino con nosotros, que Dios sufre y vive en nosotros, que Dios vive eternamente, Resucitado y presente en cada hombre y mujer de noble corazón.
Feliz y creyente Semana Santa
¡Viva Urrea de Gaén!
¡Viva el Bajo Aragón!